Lo que no sabías de los zapatos
Los zapatos son nuestros más fieles compañeros para proteger nuestros pies y darles un toque único a nuestros looks. Existen casi tantos tipos de zapato como personas que los portan. Pero todos ellos tienen algo en común que hoy nos parecen totalmente normal. Por ejemplo, que tengan una suela que nos proteja o que el derecho y el izquierdo sea distinto. Pero, ¿sabías que no siempre fue así? En el este post vamos a hacer un repaso a algunas curiosidades del calzado que seguramente no conocías.
El origen de los zapatos
Se cree que la primera vez que un ser humano se calzó fue en la Prehistoria. Sí, ¡hace unos 30.000 años! En su nacimiento, se utilizaron los materiales que estaban a disposición del Hombre y que no eran otros que las pieles de animales. Lo cierto es que, si lo piensas, el calzado de mayor calidad que actualmente viste nuestros pies sigue estando confeccionado con esa materia prima original. Miles de siglos después, sabemos que a pesar de que existen multitud de materiales sintéticos, nada es más respetuoso con nuestros pies que el calzado fabricado con fibras y tejidos naturales.
Aquel primer par no se ha conservado, aunque sí lo han hecho unas sandalias realizadas en fibra vegetal datadas en el 7000 a. C. Decenas de ellas fueron descubiertas por el arqueólogo Luther Cressman en 1983 cubiertas por una capa de ceniza volcánica, dentro de una cueva en Oregón (EE.UU.).
Las sandalias eran un must en Egipto y Mesopotamia
Los primeros zapatos más elaborados eran tipo sandalias, lo que en Manolett’s nos encanta. No eran las sandalias de cuña sin las que ahora no podemos vivir, sino que tenían suelas planas. Estaban hechas de paja trenzada o de láminas de palmera y solían tener en Egipto una función de tipo ceremonial y de lujo. En Mesopotamia,como ocurriría más tarde en todo el Mediterráneo, se convirtieron en el calzado más común. La verdad es que, aunque hayan pasado siglos, las sandalias siguen siendo un must en todas sus formas.
Los zapatos también pueden ser una tortura
No nos referimos a la mala idea de llevar un calzado de baja calidad. Ni a calzarnos nuestros tacones durante jornadas maratonianas. Hablamos de una verdadera tortura. Y si no que se lo digan a las mujeres chinas. Tienen que agradecerle a Confucio que dijera que el andar de las mujeres debe imitar “el ondear flexible del sauce”.
Para conseguir un caminar tan grácil y femenino según los cánones de la sociedad china, se ideó un calzado especial. ¿Qué tenía de extraordinario? Su objetivo era reducir el tamaño de los pies de las mujeres un tercio. Este ideal de belleza, por fortuna, ya ha desaparecido y las mujeres chinas ya pueden amar sus zapatos.
Símbolo de estatus durante la Edad Media
En la Edad Media ya estaba asentado el concepto de moda y tendencias. Los más poderosos y todos aquellos que querían dejar claro cuál era su posición las seguían. En cuanto al calzado, se impusieron los zapatos de punta vuelta. Probablemente los hayas visto en alguna película o serie ambientada en esa época. Cuantos más centímetros tenía la punta, más era el prestigio de quien los llevaba. Y también sus dificultades para caminar con normalidad.
El peligro de la moda en Venecia y Florencia
En los siglos XV y XVI se inventaron los chapines, un tipo de calzado que hizo furor en Florencia y Venecia. Eran zapatos que tenían unas plataformas enormes. Aunque su forma obedecía a un propósito funcional, por raro que pueda parecer. En aquella época, las calles de las ciudades no estaban muy limpias por lo que las mujeres veían horrorizadas como sus vestidos se ensuciaban con solo poner un pie fuera de casa. Gracias a los chapines, las damas podían mantener su atuendo en perfectas condiciones para acudir a los eventos de sociedad.
Al estar pensados para cubrir las necesidades de las mujeres de la clase alta, también suponían un símbolo de estatus. En ocasiones, las plataformas llegaron a medir más de 20 centímetros con lo que las mujeres debían ir apoyadas del brazo de algún caballero o alguna sirvienta si no quería arriesgarse a caídas peligrosas. ¡La moda a veces ha sido demasiado arriesgada!
El triunfo de los tacones en el barroco
El tacón ya se conocía desde la antigüedad. De hecho, surgió como elemento del diseño del calzado masculino. En el Renacimiento, los hombres lo utilizaron por la estilización que hacía de la figura y se lo añadieron a las botas cuando estas se pusieron de moda dentro de las cortes. Pero en el barroco fue cuando los tacones comenzaron a triunfar entre las damas. Las curvas y los escotes amplios eran característicos en esta época y los altos tacones contribuían aún más a resaltarlos.
Actualmente, en un buen zapato valoramos tanto su diseño como su comodidad. Las alpargatas artesanales que hacemos en Manolett’s son una clara muestra y con ellas, te podemos asegurar que irás a la moda y cuidarás de tus pies. ¡Aprende de todas las mujeres del pasado que pensaban que ir guapas era sinónimo de sufrimiento! Visita nuestra tienda y encuentra el modelo perfecto para ti.
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